Capítulo 26

Javier, a las horas y al ver que Laura, ya no decía nada, ni gritaba, ni lloraba empezó a soltarla, ya no le satisfacía esta situación. Laura parecía haber dejado de sufrir o incluso estar cómoda de esa manera y precisamente era todo lo contrario que deseaba en estos momentos, que ella no sintiera “nada”. Ella no se había portado bien y no era merecedora de estar “tranquila” en ese lugar.

Laura deslizó una ligera sonrisa, al ver que estaba siendo soltada por “su captor”, e incluso le dio un pequeño beso en la mejilla a Javier. Llegó a la conclusión, en este tiempo que había estado encerrada y capturada por su propia pareja que lo mejor que podía hacer era estar calmada y sin dirigirle la palabra, hasta que él decidiera dar marcha atrás y abrirle de nuevo las puertas a la “normalidad” o a sobrevivir el tiempo que le quedara allí, hasta huir de esa casa que últimamente solo le traía desconsuelo y ella no se lo merecía.

Al día siguiente, Laura comenzó a idear su plan para huir de ese pequeño infierno en el que se estaba convirtiendo su hogar, mandó una serie de WhatsApp a su amigo Luis, que no pensó, ni un segundo en sacarle de ese maldito lugar donde estaba viviendo. Lo más seguro no era irse a casa de Luis, ni tampoco denunciar a su pareja pensaba; aunque los días anteriores que pasó en casa de su amigo, no había encontrado su “escondite”, con la facilidad que tenia Javier para descubrirla y todos los contactos de un hombre de negocios como él, le pondrían en una situación complicada. Lo mejor, era huir sin dejar rastro de la ciudad, pero la cuestión era donde. Entre ella y Luis podían conseguirlo.

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